Esta es una de las dos únicas fiestas que se celebran en invierno, junto con el pueblo vecino de Bagà, y coincidiendo con la Nochebuena, celebrando pues el solsticio de invierno. La preparación comienza un mes antes: cada fallaire prepara sus fallas, hechas con una hierba llamada Cephalaria leucantha, a la que se le atribuyen ciertos poderes purificadores y que se ha ido a recoger al bosque. Una vez en casa, la ponen a secar para que, llegada la hora, queme bien. La hierba es trenzada formando unas varas de uno a cuatro metros de largo y un grosor de 15 a 30 cms. Llegada en Nochebuena, la Fia-faia se empezará a ligar (a diferencia de la de Bagà) alrededor de un objeto (palo, bastón, tronco…) que le sirva de “alma” (palo interior que le da estructura).
Por la noche, cuando oscure, con el repicar de las campanas, los habitantes del pueblo acuden con antorchas hacia la plaza de la Iglesia. La fiesta comienza a las 18h. con el encendido de la hoguera en el Clos. Los encargados de bajar las antorchas, a las 6 de la tarde, encenderán sus fallas e irán bajando por la montaña hasta llegar a la plaza, donde darán su fuego al resto de participantes de la fiesta. Las fallas se irán encendiendo sobre las 18,30h. La plaza quedará a oscuras, tan solo iluminada por el fuego y las chispas de las numerosas fallas. Pequeños y grandes giran sus fallas, recitando “Fia-faia, Fia-faia, que Nuestro Señor ha nacido en la paja”.
Después se agrupan sus restos en medio de la plaza y se salta por encima del fuego, símbolo de la renovación y la purificación. Al final se hace el baile de la fia faia en la Plaça de l’Església. La fiesta forma parte de la celebración de Nochebuena, durante toda la noche, La endreça de las casas se lleva a cabo saliendo de Misa del Gallo. Después de la misa, se hace un resopón en la plaza: sobre el fuego que se hace, se cuecen catas, butifarras, carne… y se mezcla ajo y aceite de membrillo, vino, cava, etc. Durante esta comida se cantan canciones de Navidad. Acabado el tiburón, empieza el arrebato general. Todo puede llegar a ser arreglado, todo lo que se arregla se lleva a la plaza y allí queda arreglado hasta el día siguiente, día de Navidad. Los objetos arreglados pueden ser muy diversos: entre los más curiosos se recuerdan una mesa y sillas de playa con parasol incluido, una cazuela llena de leche, cestas, testeos, carros, carretillas y herramientas de todo tipo, un árbol de Navidad adornado y todo, cubos de basura, neumáticos, señales de tráfico y lavanda diversa como calcetines, sábanas, toallas y, no hace muchos años, unas calzas de “grandes dimensiones”.
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Para saber más
Pedrals, X. (2007). Ancestral, màgica, única. Barcelona: Publicacions de l’Abadia de Montserrat.
Pedrals, X. i Escobet, M. (2017). Fia-faia. La festa de falles nadalenca. Bagà-St. Julià de Cerdanyola: Farrell
Fotos y vídeos
https://www.youtube.com/watch?v=pyf5gQywJbc&t=17s&ab_channel=Televisi%C3%B3delBergued%C3%A0
Satisfacción. Construcción de las fallas. Sant Julià de Cerdanyola, Berguedà, Cataluña. 2003. Fotografía: Ayuntamiento de Sant Julià de Cerdanyola.
Fuego y fiesta. Sant Julià de Cerdanyola, Berguedà, Cataluña 2019. Fotografía: Ayuntamiento de Sant Julià de Cerdanyola.