La fiesta es de los pueblos

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La fiesta es de los pueblos

Las fiestas del fuego de Los Pirineos son fruto de una larga historia y han ido evolucionando. Aunque parecía que su continuidad estaba en peligro durante la segunda mitad del siglo pasado, hoy en día ,el futuro de las fiestas parece garantizado gracias a los esfuerzos de los pueblos para salvaguardar, consolidar o recuperar estas celebraciones. Las fiestas son, sobre todo, una celebración local, una práctica que permite renovar el sentimiento de pertenencia a la comunidad local.

Fiestas del fuego e identidades

En el territorio pirenaico conviven muchas identidades diferentes. Por encima de todo, está la identidad local y las fiestas cumplen un rol en esta reafirmación de los vínculos locales y del sentimiento de pertenencia. Las fallas y brandons, en el pasado y en el contexto actual, sirven para remarcar la propia identidad local. La casa y el pueblo han sido, durante siglos, elementos fundamentales del paisaje y de la gestión de los recursos económicos, y estas fiestas deben entenderse en este contexto de reivindicación de la localidad a través de los diferentes elementos simbólicos del fuego. Cada pueblo reconoce su fiesta como propia, considerándola diferente a la de los pueblos vecinos.

Pero, más allá de esta identidad local, en Los Pirineos conviven diferentes identidades y la fiesta ha sido utilizada o reivindicada como elemento de identidad nacional. En el territorio pirenaico hay una suma de identidades diferentes, de carácter regional, nacional y estatal, y las fiestas han sido también vistas como elemento de reivindicación de los diferentes territorios, ya sea de la identidad andorrana como estado, o de las identidades catalana, aragonesa u occitana.

Asociaciones fallaires

En muchos pueblos, se han creado asociaciones fallaires que se han convertido en el principal agente organizador de la fiesta, como en Isil (creada en 1991), La Pobla de Segur o Andorra la Vella. En estos casos, el papel de las asociaciones ha sido esencial para asegurar la continuidad de la fiesta, o bien, su recuperación. Las asociaciones no sólo tienen como función la organización de las fiestas, sino también asegurar los cambios necesarios para irlas adaptando a los retos de la sociedad contemporánea. Desde 2009, representantes de las diferentes asociaciones y de los municipios donde se celebran las fiestas del fuego realizan un encuentro anual en el que se debaten los aspectos básicos para organizarlas, así como intercambiar los conocimientos y las experiencias de los diferentes pueblos implicados.

También realizan actividades técnicas y lúdicas. En 2019, en el Encuentro celebrado en La Pobla de Segur con la colaboración de la Cátedra de Educación y Patrimonio Inmaterial del Pirineo de la Universidad de Lleida, se acordó crear una Coordinadora de las Fiestas del Fuego, con representantes de las comarcas fallaires de Cataluña y Aragón, de Occitania y de Andorra, con el objetivo de mantener y potenciar la fiesta.

Fiestas del fuego: entre lo local y lo global

En el siglo XXI, nuestra sociedad parece caminar hacia la globalización, pero la reivindicación local es más necesaria que nunca. Las fiestas del fuego son reconocidas como patrimonio de la humanidad, pero por encima de todo, nos permiten identificarnos con nuestros pequeños pueblos. Este museo, a través del espacio virtual, está abierto a todo el mundo para dar a conocer nuestras fiestas sin fronteras, pero le pertenece, especialmente, a los pueblos que las celebramos.

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